Donar sangre (segundo intento)
Hoy he vuelto a intentar donar mi pobre sangre.
Esta vez, la caravana vampírica acampaba en mi barrio, al ladico de casa, y tenía yo toda la tarde libre, para ir tranquilamente, sin prisas, estress, ni cansancio: no podía fallar...
(Para saber de qué va esto, ver capítulo anterior.)
Bueno, pues llegué yo en la furgoneta, más fresco que una rosa de las frescas, entro, saludo en las lenguas oficiales de mi barrio (castellano, catalàn, árabe e indi), relleno el famoso cuestionario con mi "no a todo". y voy al agente de aduana sanguínea, a ver si me deja exportar mi plasma. Parecía que empezaba bien, no tengo tatuajes, pirsings, ni nada. Me preguntó por mis relaciones sexuales en los últimos siglos, y yo me partía de risa. Hasta que me pregunta si he estado enfermo... ¿Enfermo?, yo que va... Que si he tomado alguna medicina... Bueno, me he tomado un "Fernandol" esta mañana. Vale, pues sí, encostipado desde el lunes, pero ya se me ha pasado, ¿no me ves?.
Ya he dicho que no sé mentir. Además, el solo hecho de recordarme de que estaba costipado (me había olvidado, hasta de tomarme el Fernandol para comer), me hizo volver los mocos, la congestión, y demás síntomas. Y nada, que ahora sí que guardarán mis datos, que ya me podía ir para casita, pero por la otra puerta.
Al salir, las simpáticas enfermeras ya me iban a vampirizar, pero les dije que no, que estaba costipado. "Ai, pobret, si quieres puedes comer patatonas y fosquitos" La verdad es que les di pena, y salí como un campeón, sin probar el amargo sabor de los fosquitos de la derrota, pero sí con el regalo de una braga-collarinbandana-diadema, para sujetar mis greñas, y hacer un poco el tonto en casa con mi hermana, intentando las infinitas posiciones que figuraban en el envoltorio.
Y como siempre digo: no hay mal que por bien no venga o, soy un desgraciado con suerte.
Esta vez, la caravana vampírica acampaba en mi barrio, al ladico de casa, y tenía yo toda la tarde libre, para ir tranquilamente, sin prisas, estress, ni cansancio: no podía fallar...
(Para saber de qué va esto, ver capítulo anterior.)
Bueno, pues llegué yo en la furgoneta, más fresco que una rosa de las frescas, entro, saludo en las lenguas oficiales de mi barrio (castellano, catalàn, árabe e indi), relleno el famoso cuestionario con mi "no a todo". y voy al agente de aduana sanguínea, a ver si me deja exportar mi plasma. Parecía que empezaba bien, no tengo tatuajes, pirsings, ni nada. Me preguntó por mis relaciones sexuales en los últimos siglos, y yo me partía de risa. Hasta que me pregunta si he estado enfermo... ¿Enfermo?, yo que va... Que si he tomado alguna medicina... Bueno, me he tomado un "Fernandol" esta mañana. Vale, pues sí, encostipado desde el lunes, pero ya se me ha pasado, ¿no me ves?.
Ya he dicho que no sé mentir. Además, el solo hecho de recordarme de que estaba costipado (me había olvidado, hasta de tomarme el Fernandol para comer), me hizo volver los mocos, la congestión, y demás síntomas. Y nada, que ahora sí que guardarán mis datos, que ya me podía ir para casita, pero por la otra puerta.
Al salir, las simpáticas enfermeras ya me iban a vampirizar, pero les dije que no, que estaba costipado. "Ai, pobret, si quieres puedes comer patatonas y fosquitos" La verdad es que les di pena, y salí como un campeón, sin probar el amargo sabor de los fosquitos de la derrota, pero sí con el regalo de una braga-collarinbandana-diadema, para sujetar mis greñas, y hacer un poco el tonto en casa con mi hermana, intentando las infinitas posiciones que figuraban en el envoltorio.
Y como siempre digo: no hay mal que por bien no venga o, soy un desgraciado con suerte.
4 comentarios
sergigres -
rosaura -
sergi -
Yo no pierdo la esperanza.
Un abrazo ;)
airezul -