Y otro más...
Como tenemos un feliz año nuevo (feliz ahora, porque aún no sabe lo que le espera), vamos a escribir otro poquito.
Es muy curioso, pero todos los años acaban y empiezan igual. Acaban con anuncios de cocacolas, el vampírico Ramón Gacía en la primera, las uvas peladas y apelotonadas en el esófago, y las discusiones poíticas.
Y empiezan con besos, discusiones políticas, y verse obligado a celebrar con alcohol refinado las horribles certidumbres por fin acabadas y la nueva y maravillosa incertertidumbre de los provisionales propósitos para ese futuro inmediato (toma parrafada, toma demagogia).
Bueno, y al día siguiente tenemos la marcha Radetzky de la filharmónica de Viena, y los saltos de esqui de NoSeDonde-PorAhí.
Y a ver que tal se nos da este año, por ahora... Feliz año 2006.
1 comentario
Anónimo -
Ah, eso de que siempre acaben y empiecen igual es para despistar, en realidad cada año es diferente y mejor que el anterior.